EL FESTIVAL DE EXALTACIÓN DEL CANGREJO DE RÍO.

Vaya viaje más divertido, improvisado y barato que nos hemos pegado este fin de semana. En la terraza tomando el sol al fresco todo el día mientras nos tomábamos unas birras, bailando al son de lo que le apeteciera al ipod bajo la lluvia de la manguera.




Las comidas y las cenas nos las hemos tomado como banquetes en toda regla. Además de los sempiternos cangrejos, hemos comido una tortilla de patata PERFECTA hecha por Jorge con mucho amor, unas ensaladas completísimas, snacks, y el plato que nunca puede faltar cuando hay que preparar comida para muchos (ocho en este caso): ARROZ A LA CUBANA -plato del que soy fan, y que he venido pidiendo a mi madre que preparase todos los días de mi cumpleaños-.





El sábado Cris y yo -los conductores- nos levantamos de resaca con ganas de mandar el plan de Santander a la mierda. Gracias a Dios no lo hicimos y pasamos un día de playa completo; primero en la playa de los peligros -sentados con vistas al mar y a la casa de Emilio Botín-, después comiendo en puerto chico unos platos nada marineros -lasaña y entrecot- y terminando en la playa de El Sardinero, que estaba hasta la bola porque es la que más olas tiene. ¿por qué todos nos volvemos locos con las olas? En fin, cuando pasan no son para tanto pero siempre te quedas con ganas de esperar a la siguiente para hacer una nueva acrobacia.



Al volver a Herrera estábamos matados de la playa y de haber salido la noche anterior y no haber descansado lo suficiente. Menos mal que el rollo cócteles en terraza y la música de fondo animan a cualquiera y conseguimos bajar a la charanga y luego ir al KOXAS, un bar que está justo debajo de mi casa y que reivindico desde ya. Ponen una música muy guay que desde luego no se oye en Ponferrada -VERGÜENZA!-. y hay una terraza salvaje con un columpio, si bien es verdad que el frio que hace en este pueblo por la noche quita a cualquiera las ganas de quedarse allí.



Como en todo viaje, hay mucho anecdotario que hay que saltarse. Como general overview, nos quedamos con la sensación de haber comenzado un ritual que ha de repetirse todos los años de lo bien que nos lo hemos pasado.