HOJARASCA Y CIVILIZACIÓN.

Mañana nos vamos a las fiestas del cangrejo, en Herrera de Pisuerga. Tengo muchas ganas. Las pestes que he echado yo por la boca sobre este pueblo y resulta que ahora me da por volver. Creo que ahora estoy en condiciones de sacarle partido a cosas que antes ignoraba:


Esta semana pasada ha sido bastante ajetreada en comparación con el resto del verano. Hemos ido a un pueblo precioso de por aquí que se llama Peñalba y que lo conoceréis (o no) por su iglesia. El camino para llegar es pura naturaleza salvaje, bien reflejada en el bebé jabalí muerto que encontramos en el típico paraje de visita obligatoria -una cascada-. Por la altura de la cascada, dedujimos que el pobre jabalí habría muerto por la caída, llevándose la correspondiente ostieja. :(

Para lo acostumbrados que estamos a este tipo de pueblos y paisajes, Peñalba nos flipó bastante. Parece los mismísimos ALPES.


Al parecer, en este pueblo alternan elementos de la vida moderna, como el teléfono

con costumbres prehistóricas -no sabemos cuáles- pero que han sido objeto de estudio de algunos -yo creo que en realidad sólo será ALGÚN- investigador/historiador.
Sé que hemos ido a algún pueblo más esta semana, pero no me acuerdo de cuáles. Ninguno nos ha calado tanto como este, desde luego.
El resto de horas de la semana las he matado leyendo y viendo Perdidos -ya voy por el 9 de la 3ª temporada-. Me gustaría hablar largo y tendido de Perdidos pero no quiero aburrir hablando sobre un tema tan pasado ni ser un SPOILER.
Tambien he visto muchas pelis, de las cuales me quedo con El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford -PELICULÓN- y con Los ojos sin rostro, que me ha encantado a pesar de haberla visto en bajísima calidad.

Las noches que no me quedo en casa subimos a la terraza del bar del parque. Se está de lujo a pesar del volumen de la música y de la música en sí (y de la rasca que hace algunas noches).

Otras cosas que he hecho esta semana han sido: jugar al tenis, cenar en un buffet de restaurante chino por 8 euros -bien rico que estaba todo, por cierto-, llevar el coche a que le hicieran una revisión, lavar el coche en El elefante azul, hacer la clásica ruta de bares y tabernas -y cavernas- y ronear en la cama hasta altas horas.