LOS EVENTOS DESDE LA ÚLTIMA VEZ.

Hemos tenido días rellenos desde la última vez que escribí aquí. Se me había pasado comentar lo divertidas que fueron las fiestas de Molina. Como cada año, pasamos del agua y yo, por primera vez, pasé del BOLLU PREÑAO. Antojito fetish de las 5 de la mañana que se ha convertido en tradición. Flipamos con la orquesta y con la nueva ola que se traen muchas de estas formaciones ahora. Las canciones son más nuevas, se ventilan a los viejos con un par de pasodobles para enseguida pasar a lo SEXY. Bien hecho. Creo que aprecio más a una orquesta que se mantiene joven -sin necesidad de que me gusten las canciones. De hecho, ninguna me gusta- que a un dj que sobrevive a base de hits de ayer -mucho más afines a mis gustos-.
Desgraciadamente no hay fotos de la orquesta.








Otro evento -aún en la semana pasada-: el río de San Facundo. Allí no había ni Dios. Se estaba agustísimo, y el río de marras contaba con unas instalaciones dignas de un SPA. Pura paz hasta que llegó una coreana con sus dos hijos occidentales (?), que no paraban de jugársela. A uno de ellos casi le vimos MORIR en un despiste de "la china".


La fotogenia y todo lo contrario, en la misma foto.

La noche antes de irnos a Matalavilla -el jueves- se nos juntaron unos planes que nos transportaron a los mismísimos USA de la NQV. Coincidencias desconcertantes:
compras a granel para el fin de semana en supermercado de extrarradio. (Si bien es cierto que hacerlo en Lidl es bastante más eurotrash que americano).
Pasar la tarde en mi cocina bebiendo antes del concierto y comiendo chocolatinas Hershey's. Ir al centro comercial a comernos unos whoppers en la terraza mientras esperábamos a que empezara el concierto de los ASTROPHYSICS -unos teens de aquí-en la BOLERA!.
El concierto estuvo muy bien. Los chavales tocaron versiones de sus canciones favoritas -The Doors, Jimi Hendrix,...- y a todos nos entró la clásica envidia que le entra a uno al ver a gente más pequeña tocando bueno y bien.






y ya por fin, el gran evento: EL FIN DE SEMANA RURAL EN MATALAVILLA. Dejo que las imágenes hablen y sólo comentaré lo que no está ilstrado:
-Anduvimos con gallinas, palomas en palomar y un loro.
-Nos echamos al suelo de madrugada vestidos de ESQUÍ para ver las estrellas y los aviones.
-Nos comimos una churrascada en la que casi se nos caen las lágrimas de la emoción de lo rico que estaba todo.
-hubo una conexión CAMP entre nosotros y para con la mismísima madre naturaleza que probablemente no se repetirá hasta el verano que viene.























Todas las fotos de esta entrada son de Lara
a la que le vengo robando fotos (por eso ella sale en tan pocas) desde hace tiempo hasta que no tenga las mías propias.